Multinstrumentista, prolífico autor, creador de bandas sonoras para obras de teatro, cine y programas de televisión, colaborador de importantes artistas e investigador de distintos ritmos musicales, el polifacético Axel Krygier condensa todos esos rasgos en “Axelotl“, su nuevo disco en el que combina samplers y sintetizadores con instrumentos tradicionales como el bombo legüero, para crear variados climas sonoros que transitan desde la pista de baile hasta el ámbito rural.
“Bailable pero meditativo“, tal como lo definió su autor a Télam, esta producción, que desde su título plantea un juego entre el nombre del artista y el anfibio poéticamente descripto en el famoso cuento de Julio Cortázar, publicado en su libro “Final del juego”, opera incluso desde su portada como puerta de acceso para comprender el amplio universo musical por el que se mueve Krygier.
“Lo anfibio me identifica por esas cosas que tengo de poder circular en diferentes ámbitos, y no solo musicales. Por ejemplo, yo suelo andar en bicicleta y me siento un poco anfibio, como un peatón que anda en un rodado”, planteó el artista, en una extensión de cierto carácter lúdico que también atraviesa esta obra.
Es que “Axelotl”, que será presentado el viernes 22 de octubre, a las 20 y a las 22; y el domingo 24, a las 20; en el palermitano La Tangente, con la ayuda de Diego Arcaute, en batería; y Juan Ravioli, en bajo, teclados y coros; no solo oscila entre la música electrónica y el folclore, sino que también propone en iguales dosis baile y contemplación.
Para ello, Krygier se valió de sintetizadores, samplers de comediantes bolivianos de la década del `30, bombos legüeros y archivos sonoros usados en radio espionaje durante la Segunda Guerra Mundial, entre otras cosas.
El producto final es tal vez la mejor definición de un artista que colaboró con figuras como Soda Stereo, Charly García o La Portuaria; escribió la música de la obra infantil “El hombre que perdió su sombra” y de “Happyland”, entre otras; compuso óperas breves; la cortina de la serie “Okupas” o bandas sonoras para cine, por citar apenas algunas de sus tantas labores.
“`Axelotl” es un disco que deja lugar para la introspección o la contemplación de paisajes. Es bailable pero meditativo, tiene ese condimento. Me engancho mucho con el movimiento y la danza, y supongo que lo que puedo bailar también lo puede bailar otro”, puntualizó el músico.
fuente:Telam