Por Roberto Ciafardo
Este 17 de agosto serán muchos los homenajes a Don José de San Martín. Nosotros nos sumamos desde este espació pero lo haremos oblicuamente, a partir del escultor francés Henri Allourd y su postergada obra en nuestra ciudad.
En el año 1881 el Dr. Dardo Rocha solicita al Departamento de Ingenieros el diseño de varios edificios para la Nueva Capital, entre ellos, la construcción de un Observatorio Astronómico. La construcción comienza en noviembre de 1883.
De estilo arquitectónico neoclásico, coherente con los edificios públicos planificados para la nueva capital provincial, fue concebido de planta rectangular, con tres puertas de acceso bien definidas. Su acceso principal es resaltado con dos nichos destinados a contener figuras escultóricas. Paralelamente, en la fachada posterior se plantea una galería semi cubierta que también presenta cuatro nichos con la misma finalidad. Estas seis esculturas representarían a científicos vinculados con la astronomía.
Muebles, frisos y otros elementos ornamentales constituyen muestras de su valor arquitectónico e histórico. El conjunto se complementa con construcciones aisladas que contienen los distintos instrumentos de observación.
Vista de la galería norte donde se observan los nichos destinados a contener las figuras de astrónomos ilustres
Poco tiempo después de haber sido inaugurado su Director, el teniente de la Armada Francesa Francisco Beuf, decide completar la obra colocando las figuras correspondientes. Para esto se contacta con el escultor Henri Allouard, residente en París, para solicitarle estatuas que representen a Isaac Newton, Johannes Kepler, Pierre Simon Le Place, Galileo Galilei, Francois Arago y Friedrich Bessel.
Francisco Beuf (Francia 1834 – Buenos Aires 1899)
El artista acepta el encargo y envía los bocetos de las seis figuras y el costo de las mismas según el material a usar. Tiempo después, y ya aprobados estos bocetos, se decide no llevar adelante el proyecto por motivos presupuestarios.
Bocetos de las estatuas enviados por Henri Allourd
De esta manera la ciudad de La Plata perdió la oportunidad de contar con obras de uno de los más prestigiosos escultores franceses de la época merecedor de ser Oficial de la Legión de Honor en reconocimiento de sus dotes artísticos.
Para la misma época en que se veía frustrado el proyecto de las esculturas para el Observatorio el Dr. Tomás B. Viera, un argentino radicado en Francia, viaja a Boulong Sur-Mer tratando de ubicar la casa del General San Martín.
Casa de San Martín en Francia de principios del siglo XIX
Al ver que nada la identificaba como última residencia del Libertador, decide hacer colocar una placa alusiva.
En una carta a su amigo el Dr. Enrique Crotto le cuenta de su iniciativa y este duplica la apuesta: sugiere erigir un monumento en la ciudad francesa, lo que entusiasma a Viera y crean una comisión para llevar adelante el proyecto.
A instancias de Crotto, el senador Joaquín V. González presenta un proyecto de ley proponiendo al Poder Ejecutivo contribuir a la colocación de una estatua de San Martín en Boulogne-sur-Mer y la adquisición de la casa en que pasara sus últimos años.
Tomada la decisión por el gobierno argentino el próximo paso es buscar al escultor que llevara a cabo la obra.
El primero en ser consultado fue Auguste Rodin, que se excusó diciéndoles que:
“En 9 meses – era el plazo fijado – se puede hacer un niño de carne y hueso, pero no un guerrero en bronce con caballo y accesorios”.
Defraudados por la respuesta de Rodin llegaron al taller de Henri Allouard, cerca de los Jardines de Luxemburgo, donde se produjo el siguiente diálogo:
-¿Una estatua de quién?-San Martín-¿Saint–Martin, el que cortó su capa para darle la mitad a un mendigo? ¡Imposible, yo no hago santos!
-No, no Saint–Martín, sino San Martín el héroe, nuestro libertador.
El escultor pidió un día de plazo para contestar, a fin de interiorizarse sobre la historia del prócer. Al día siguiente respondió:
“Sí. Bien merece que se haga por él un sacrificio, este capitán que fue el sacrificio hecho hombre”.
Una vez encontrado al artista que llevaría a cabo el monumento la comisión se dirigió al alcalde de Boulogne-sur-Mer, Charles Péron proponiendo la Costanera Sainte–Beuve como lugar de su emplazamiento.
Monumento al General José de San Martín, en tiempos de su inauguración.
Finalmente, el 24 de octubre de 1909 se inauguró el Monumento al Libertador General San Martin frente a la costa del Canal de La Mancha con un acto de importante magnitud.
El gobierno argentino envió una delegación de sus Fuerzas Armadas, integrada por la fragata escuela “Presidente Sarmiento”, las cañoneras “Paraná” y “Rosario” y el transporte “La Pampa”, que trasladó un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de 150 hombres con sus respectivos caballos.
Hasta aquí nada debería sorprender. Henri Allourd era un artista de fama mundial y no es extraño que fuese convocado dos veces por autoridades argentinas para confiarle un trabajo.
Producto de la casualidad o el destino, lo que sí es sorprendente, que 30 años del después del primer encargo frustado, su nombre reapareciera de manera indirecta en la ciudad y que los platenses pudiéramos disfrutar finalmente de su obras que nos privamos en 1883.
La historia comienza cuando en el año 1911, la Legislatura Provincial sanciona la Ley 3353 estableciendo que “el Poder Ejecutivo procederá a erigir en la ciudad de La Plata, una estatua al libertador don José de San Martín”
En su artículo 2, la ley establece que “El Poder Ejecutivo dispondrá a tal efecto de los moldes originales de la estatua que fue erigida en Boulogne Sur-Mer, obtenidos con este fin…”
Para su ubicación se eligió la “Plaza Primera Junta” que paso a llamarse “Plaza San Martín” debiéndose derribar el conjunto escultórico dedicado al Primer Gobierno Patrio cuyas figuras se repartieron en distintas plazas de la ciudad.
El monumento se inaugura el 25 de abril de 1914 con la presencia del Presidente Victorino de la Plaza, el Gobernador Luis García y otras altas autoridades.
Inauguración del monumento a José de San Martín, Ciudad de La Plata.
Con pequeñas diferencias con el de Bolugone-Sur-Mer, la ciudad al fin contó, después de 30 años, con una obra del artista Henri Allourd.
Se trata de una estatua ecuestre del Libertador, quien levanta la bandera nacional. La figura de bronce se encuentra emplazada sobre un pedestal de granito con jardín alrededor. A su pie, una segunda estatua femenina representa a “La República Reconocida” que le ofrece una corona de laureles. Del lado opuesto surgen los trofeos de campaña: la bandera, un cañón, un clarín, un tambor y fusiles.
Lamentablemente nuestro monumento no posee en los laterales del pedestal los dos bajorrelieves originales: “El cruce de los Andes” y “San Martín rechaza el poder”.
Han pasado 108 años y el monumento a San Martín es una postal de nuestra ciudad. ¿De cuánta manifestación, marchas y contramarchas, gritos y alaridos ha debido ser testigo?, ¿Cuánta frustración acumulada.? Por eso, cada vez que pasamos frente a él, no podemos menos que preguntarnos si, aunque sea mínimamente, no sentirá envidia por su “mellizo” que a más de 11,000 kilómetros contempla plácidamente la costa y el mar.
Monumento al General San Martín – La Plata –
Monumento al General San Martín – Boulogne Sur Mer –
Henri Allouard en su taller
Léon E. M. Faivre (óleo – 1905)