Por Alison Fitzsimons

Si alguien dice sapo, quirquincho, pulga, bicho colorado, sapucai y añamembui posiblemente respondamos casi al unísono: Gustavo Roldán. Es que si hay algo que ha caracterizado toda su obra es el indiscutido protagonismo de animales muy argentinos. Eso y que sus historias han trasgredido generaciones sin esfuerzo.

Roldán eligió una serie de particulares bichos: animales del monte chaqueño -lugar en que se crió-. Nunca pudo entender por qué habiendo tantos bichitos en nuestro país, otros escritores preferían que sus cuentos fueran protagonizados por una fauna tan lejana a nosotros. 

Cuenta en una entrevista, que sus animales le permitieron verbalizar ciertos hechos y valores de la sociedad argentina, esquivando, así, censuras y castigos: personajes como el piojo, algo irreverentes, podían cuestionar la autoridad y no habría consecuencias.

-Bueno, bueno -dijo la vizcacha- pero el tigre prohibió todo y listo. Es la 

nueva ley y hay que respetarla.

-Pero la mano viene un poco más dura –dijo el tatú-. Y por algunas cosas que hice, el tigre me anda buscando con malas intenciones. Mejor me voy a vivir al otro lado del río.

-Y yo también me voy -dijo el loro-. Parece que estoy entre los primeros de la lista, y me voy al otro lado del río.”

Humanizados (aunque por suerte, no tanto),  se juntan en una suerte de ritual o reunión ancestral, dispuestos a escuchar lo que el viejo sabio tiene para decir. Construido entre la memoria y la imaginación, Don Sapo se caracteriza por tener la palabra como principal recurso; cualidad que lo convierte en el más respetado del colectivo de animales y en una figura de autoridad. Y aquí comienza la magia. La incontable cantidad de historias que hemos leído y escuchado nos remiten a momentos clave de las infancias: ¿quién alguna vez no se ha sentado junto a una persona a oír anécdotas de su pasado? 

En la poética de Roldán, el narrador tiene una función social; y el sapo ocupa el lugar de nexo entre el pasado y el presente; representa la experiencia (lo que no sabe , lo inventa).

La perpetuidad de la tradición oral se erige como uno de los tópicos en la obra de Roldán, y los diferentes usos del lenguaje son su principal herramienta. 

El personaje del sapo recorre tópicos del folclore argentino: quiénes somos, cómo llegamos a conocer el mundo, la picardía, la resistencia a través de la palabra, el diálogo (plagado de interrupciones y malentendidos: todos en el monte tienen algo para decir). Don Sapo tiene la palabra reveladora que nos deja pensando ¡cuánto hay para cuestionar!

Por suerte, los más jóvenes del monte siempre tienen preguntas para el Sapo… y el Sapo, siempre tiene ganas de hablar.

 “Carnavales eran los de antes” repite cuando le preguntan por los corsos… el comienzo de una nueva anécdota.

 

Te dejo algunos libros del GRAN Gustavo Roldán (1935-2012) donde vas a poder encontrar a todos estos personajes:

-“El monte era una fiesta”

-“Sapo en Buenos Aires”

-“Carnavales eran los de antes”

-“Como si el ruido pudiera molestar”

-“Historia de pajarito remendado”

-“El carnaval de los sapos”

-“Prohibido el elefante”

-“El bicho colorado” (trilogía)

¡Y muchos más!

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