Por Alison Fitzsimons
Indeleble es el nombre de una de las producciones literarias de Paula Tomassoni. Escrita en dos temporalidades, un pasado reciente y su presente como consecuencia directa, relata la realidad que la sociedad atravesó durante la crisis del 2001 –y después de ella-.
Es la historia de una mujer, Maine, y su repentino y drástico cambio de vida. Narrada a dos voces, un pasado en primera persona y un presente en tercera a través de un espectador, nos detalla una tras otra las decisiones que tiene que tomar a partir del suicidio de su marido, Ricardo. Suicidio producto de, aparentemente, una hipoteca a punto de vencer e imposible de pagar. Perteneciente a una clase media en crisis y acostumbrada a vivir a la sombra de su marido (limitando sus quehaceres a las tareas domésticas), se encuentra en la obligación de redefinirse. Un redescubrimiento que le permitirá, por un lado, sobrellevar el dolor y no bajar la guardia en un momento de conflicto para el “proletariado” y, por otro, encontrarse con el dominio total de su vida -sin quererlo-.
En lo que respecta a su marco teórico, la novela responde a la función de la literatura y el arte en general propuesta por Marx en su obra Marxismo y literatura. [Aclaremos que responder a la pregunta ¿qué es la literatura? Hoy no es una prioridad entre los estudiosos.]
La literatura, en términos de Marx, se eleva como una construcción histórica, puesto que el arte se encuentra inevitablemente ligado a ciertas formas de desarrollo social. Para llevar a cabo una indagación en la relación entre la producción intelectual y material, es necesario considerarlo (al arte) bajo una forma histórica determinada.
El arte surge como un movimiento efectivo en la vida práctica, con una influencia significativa y hasta a veces decisiva, y su expansión se debió al accionar de diversas instituciones, hoy con un amplio dominio: la más preponderante, los medios de comunicación.
Como una tradición selectiva, surge a partir de la elección de determinados sucesos pasados: en el caso de Indeleble, la crisis del 2001 y sus repercusiones en la clase trabajadora.
En la obra referida se ve reflejada una sociedad emergente, desde el punto de vista en que Williams considera a una cultura en emergencia: con el surgimiento de prácticas y relaciones en construcción continua como medio adaptativo frente a la crisis. Es ahí donde se enlaza con la idea de estructura del sentir; lo social atravesando la individualidad.
Tomassoni deja en evidencia una realidad diferente a la del grupo social dominante: las experiencias de aquella parte de la sociedad que, en su intento por sobrevivir, debe tomar una serie de decisiones en profunda tensión con las subjetividades de cada individuo. Estas estructuras son las que, desde una perspectiva sociológica, determinan la continuidad o discontinuidad de prácticas específicas en la sociedad.
Hacer literatura implica estudiar la historia. Vincular la experiencia del presente con la del pasado, lo socialmente construido con lo personalmente vivido. Comprender que, de una forma determinada de producción material –en su contexto histórico- se deriva, primero, una organización específica de la sociedad y que esto lleva consigo una relación definida entre el hombre y la naturaleza, el arte. El arte como parte de las culturas.
Indeleble es un devenir histórico. Los saqueos, las huelgas, el corralito y los cacerolazos, son hechos que nos resultan familiares, mutando -y a veces no tanto- con el correr de los años.
La literatura o el arte emergen, entonces –dice Raymond Williams- como la configuración material de lo que se está experimentando, disimétrico o divergente respecto del modelo, en la medida en que las relaciones sociales nunca son otra cosa que prácticas de sujetos históricos, vidas en proceso, amenazas activas de la sujeción y la incertidumbre.
Porque las grandes masas quieren oír y leer sobre sus propios intereses. La clase trabajadora se ha creado una literatura que le es propia. La literatura representa el trauma colectivo. Al final los hombres, afirmó Hegel, hacen su propia historia bajo las circunstancias en que se encuentran directamente y les transmite el pasado.
Maine representa esa realidad social, la dominada. Indeleble, quizás por la imposibilidad de borrar – de la conciencia, o la vida- los hechos que nos atraviesan de lado a lado en nuestra biografía, porque somos producto de las decisiones que tomamos y han tomado por nosotros.
Paula Tomassoni nació en La Plata. Es escritora y profesora de Literatura en distintos niveles educativos. Publicó las novelas Leche merengada (EME, 2015) e Indeleble (EME, 2019) y los libros de cuentos Pez y otros relatos (2015) y El paralelo (2016).